Nos llega la triste noticia que el pasado 23 de julio nos dejó Selma Díaz Llera.
Selma, para quienes no la conocieron, fue una gran luchadora, una arquitecta de una trayectoria sobresaliente, una revolucionaria, lúcida, pura empatía y de una dignidad enorme.
Arquitecta y Licenciada en Ciencias Sociales por la Universidad de la Habana, creó junto al Arq. argentino Rodolfo Livingston el programa "Arquitectos de la Comunidad" en Cuba, experiencia que permitió abrir caminos y dejó una huella firme para quienes continúan construyendo una arquitectura no solo como herramienta sino también como servicio, y que entiende la vivienda como un derecho. En su trayecto profesional siempre se destacó su compromiso comunitario, su atención alerta y vivaz ante las discriminaciones y su mirada con perspectiva de género.
Comprometida con su país y con los sueños de transformación, transitó desde muy joven por el Ministerio de Planificación, trabajando junto a Ernesto “Che” Guevara. Años más tarde, Selma fue integrante de la Red Mujer y Hábitat de América Latina y el Caribe y de la Coalición Internacional para el Hábitat (HIC).
Tuve la oportunidad de conocerla y compartir con ella inolvidables momentos en su casa, en la compañía de mi marido, Fernando Chaves. En aquellas tertulias Selma hacía gala de su sentido del humor, sus anécdotas, su amabilidad: una mujer exquisita, amorosa y firme.
En los últimos años perdimos el contacto, pero siempre estaba presente en los intercambios con las compañeras de la Red Mujer y Hábitat que la conocieron, volviendo en nuestras conversaciones y recuerdos. Hacía un rato que la buscaba y ahora tendremos que cuidar el recuerdo y honrar su tarea e invaluable compromiso por los derechos humanos en la región.
por Ana Falú
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